Etología

Cómo hacer que tu perro tolere al gato

febrero 16, 2022

Hay que desmitificar que los gatos y los perros son enemigos. Si quieres que ambos se lleven bien es importante que ambos se sientan cómodos. Para ello es importante ser paciente y empezar despacio.  No debe haber contacto directo sin supervisión hasta que esté seguro de que ambos animales se comportarán adecuadamente.

Asimismo, el dueño de ambas mascotas ha de protegerse. Un perro o gato alterado puede causar también rasguños o mordeduras al propietario. Las presentaciones deben realizarse poco a poco. Cuando ambas mascotas estén tranquilas y relajadas. Un buen momento es después de la comida. Y ante las dudas retrocede. Este proceso puede llevar días, semanas o meses.

Pasos para hacer las presentaciones entre perros y gatos

A continuación, se dan una serie de recomendaciones para que finalmente perro y gato se lleven bien.

Separación y confinamiento. Deberás confinar la nueva mascota en una habitación. Ese lugar ha de estar preparado con ropa de cama, comida, agua y juguetes. En el caso de los gatos, habrá que añadir un rascador y un arenero. Asimismo, habrá que proporcionarle escondites si parece que la mascota tiene miedo.

Evita el contacto visual entre los animales. Permita que la nueva mascota huela y explore la habitación mientras la mascota residente tiene acceso al resto de la casa. Es posible que debas poner a tu perro en una jaula si está cavando o arañando la puerta para llegar al gato.

Oler los aromas del otro. Durante los primeros días, permite que cada animal descubra gradualmente los aromas y sonidos del otro (entre la puerta cerrada). Asimismo, deja que cada mascota huela los artículos con el aroma de la otra mascota. Deja que cada uno actúe con tranquila curiosidad o comportamiento neutral debe ser recompensada con elogios y golosinas.  En cambio, si una mascota muestra agresión, ansiedad o un comportamiento sobreexcitado, retira inmediatamente a ese animal de la situación y desvía su atención hacia otra cosa. Pero no regañes ni castigues a la mascota.

Unas cuantas veces al día, da a tu nueva mascota la oportunidad de explorar la casa sin la mascota residente cerca. A su vez deja a la mascota residente en la habitación para que huela al nuevo, pero sin que este último esté presente. Con suerte, después de unos días de esto, cada animal podrá tolerar la presencia del otro sin reaccionar exageradamente.

Contacto visual a través de una barrera. Si ambas mascotas se están adaptando bien (comer, beber, orinar y defecar normalmente), es hora de ambas hagan contacto visual, eso sí a través de una barrera. Para esto puede servir una puerta para mascotas o para bebés e instálala en la entrada de la habitación donde se aloja la nueva mascota. Se recomienda mantener al perro con una correa como medida de precaución. Este proceso es más fácil si te puede ayudar otra persona. De esa forma, será más fácil supervisar a cada animal.

Ambas mascotas deben estar a una distancia razonable entre sí a ambos lados de la puerta. Ofrezca elogios y golosinas. Acaricie suavemente a cada animal mientras abre lentamente la puerta. Pero si se observa que alguna de las mascotas se vuelve agresiva o se excita habrá que separarlas. Repita este ejercicio varias veces al día durante varios días o semanas. Intenta alimentar a las mascotas con la puerta abierta para que desarrollen asociaciones positivas con la otra mascota.

Reunión inicial. Podrás pasar a este paso cuando ambas mascotas se miren y no reaccionen bruscamente. Aquí habrás de dejar que cada mascota se acerque a la puerta, pero siempre manteniendo control sobre cada mascota. Si el gato bufa y eriza su pelaje no has de dejar que perro y gato se toquen. Solo se ha de permitir que se olfateen. Si la calma y las reacciones deseables continúan para ambas mascotas durante uno o más días, está listo para seguir adelante.

Interacción supervisada.  En esta etapa, el gato y el perro pueden estar juntos en la misma habitación mientras son supervisados. En este punto, el perro aún debe llevar correa. El gato corre un mayor riesgo de sufrir lesiones y debería poder huir si es necesario sin ser perseguido. Realice sesiones breves en las que ambas mascotas estén en la misma habitación y deja que se vayan acercando. Esta última etapa puede llevar más tiempo y aún deben estar separadas cuando se les deja solos.

Con el tiempo perro y gato aprenderán a tolerarse y, con un poco de suerte se harán amigos, jugarán y dormirán juntos. Eso dependerá de cada caso. Sin embargo, independientemente del resultado, tienes que habilitar un espacio para que el gato pueda tener un espacio donde el perro no pueda acceder.

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